ERYNGIUM CAMPESTRE
Cardo corredor, cardo setero
Familia: APIACEAE
Floración: junio-agosto
Planta espinosa de 50 a 70 cm. de altura, que se seca en invierno para brotar al empezar la primavera. Hecha una raíz que profundiza mucho en el terreno, de manera que no es fácil arrancarla, de la que surge un ancho rosetón a ras de suelo. Del centro del rosetón brota el vástago florido muy ramificado. Hojas de color verde azulado, correosas, endurecidas, descompuestas en cinco o seis segmentos profundos que, a su vez, muestran gajos o divisiones y lóbulos menores, estos terminados en espinitas casi punzantes; las basales presentan peciolo, mientras que las superiores son sésiles. Sus flores de color verde azulado se reúnen en cabezuelas redondeadas u ovoides, muy apretadas, rodeadas de cuatro o seis hojas involucrales blanquecinas, extendidas a manera de estrella, estrechas y puntiagudas. Entre las flores se ven también otras hojitas parecidas, enteras y rígidas, una por cada flor.
El fruto está cubierto de escamitas imbricadas y la polinización, mediante insectos, se produce en primavera.
Toda la raíz como los brotes tiernos son comestibles. Todas sus partes tienen sabor fuerte, aromático, que recuerda el de la zanahoria, salvo la raíz que solo es ligeramente amarga.
Se le atribuyen propiedades beneficiosas como diuréticas, aperitivas o cicatrizantes, entre otras y siempre bajo prescripción facultativa.
Cuando pasado el verano se secan el tallo y las hojas, sin desarmarse y aún siendo muy liviana, ofrece resistencia al aire por su mucho ramaje hasta que el viento la tumba, la separa de la raíz y la arrastra a su placer, de esta manera facilita la dispersión de las semillas y la colonización de nuevos terrenos. Se trata de una estepicursora típica y de ahí le debe venir el nombre de "cardo corredor".
Es muy apreciado porque sus raíces son el hábitat preferido del hongo Pleurotus eryngii, llamado seta de cardo, que se recolecta para consumo humano, por eso la planta recibe el nombre de "cardo setero".
Se cría en terrenos secos y planos, cunetas, baldíos y sobre todo a orillas de caminos y campos abandonados. Encontramos tanto individuos aislados como poblaciones muy numerosas.
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