SOLANUM DULCAMARA
Dulcamara, tomatera del diablo, yerba mataconejos
Familia: SOLANACEAE
Floración: junio-septiembre
Planta arbustiva perenne de base o cepa muy desarrollada, con ramas lignificadas o sarmientos de 1 a 2 m. de largo, más o menos vellosa o casi lampiña. Es algo trepadora, pues se extiende sobre las plantas que la rodean. Los tallos tienen sabor amargo que luego se vuelve dulce, debido a la transformación del alcaloide solanina por la saliva, de ahí su nombre dulcamara "dulce-amarga". Hojas alternas, pecioladas, entre ovadas y lanceoladas, de color verde oscuro; las superiores casi siempre con uno o dos segmentos u orejuelas en la parte basal. Las flores se agrupan en ramilletes que nacen cerca del extremo de las ramas, formados por 10 o 20 flores. Corola de una sola pieza y lóbulos muy profundos, con cinco pétalos en punta, doblados hacia abajo, de hermoso y llamativo color morado-azulado, en cuyo interior surgen los estambres de color amarillo intenso. El fruto es una baya ovoide de un verde que se torna rojo en la madurez, con numerosas semillas blanquecinas; venenoso para los humanos y el ganado, pero comestible para los pájaros que dispersan sus semillas.
Aunque se trata de una planta algo tóxica, la dulcamara tiene reputación en medicina popular por sus propiedades depurativas; se considera eficaz para tratar los eczemas y otras afecciones cutáneas; es ligeramente narcótica y se emplea contra la bronquitis y la tos convulsiva, también para catarros intestinales con dolores de vientre; así como para paliar los dolores reumáticos. Sus frutos se han recomendado, en uso externo, para mitigar el dolor producido por la picadura de las avispas.
Se desarrolla en todo tipo de terrenos, con preferencia de las zonas húmedas, junto a zarzales y orillas de corrientes de agua como riachuelos y brazales.
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